Necesito aire puro para tanta densidad de CO2 política y social en el medio ambiente. Nos ha venido, sobre lo que ya había, el PP y Vox pactando en Valencia la Presidencia de la Generalitat, aviso para navegantes de descalabro para el PP en las próximas elecciones. Más la subida de Bildu y de Vox en Navarra, aviso a navegantes para los navarros de la que se les viene encima, la reaparición del carlismo, como la va a pasar a Catalunya. Más la variable “Ábalos a la cárcel, Santos a la calle”. La aparición del hijo locuaz, que más o menos sigue la senda Aldama. Zapatero “conexión”, en la noche de Delcy Rodríguez del Aeropuerto de Barajas El presunto acoso sexual en la Moncloa sobre trabajadoras del PSOE. Esto me ha desazonado. La corrupción para el feminismo de izquierdas es reprobable pero tiene un pase, el acoso sexual, sin embargo, no. Este tema es muy peligroso y resbaladizo, un escupitajo al cielo que cae encima del Secretario General.
Demasiada cosa. Soy un ciudadano de a pie que no puedo hacer nada salvo decirlo. Mis artículos se agotan en el puro derecho a la libertad de expresión, siempre con la espada de Damocles encima de recibir un “toque” de quien sea.
Leo hoy el pequeño comentario diario de Pedro Silva, ex presidente de Asturias con el PSOE, un tipo que devolvía los regalos que recibía siendo presidente, que publica La Nueva España de Gijón, y anoto la coincidencia en los análisis que voy haciendo por libre. Transcribo sus palabras: “No debería demorar, por tanto la convocatoria de elecciones, pues tampoco el tiempo corre a su favor.” Y “Aguardar el mejor momento cuando el tiempo empeora es caminar hacia la tormenta.”
Coincido con él, pero me saturo. Más de lo mismo. Luego, cuando pasan las cosas que escribo, y viene aquello de "aquí en Menorcaaldia ya lo habíamos comentado", no es consuelo. Quedan Fitche y Aristóteles, alégrate de que las cosas no sean como deberían ser porque en el esfuerzo de cambiarlas está la verdadera felicidad, o el destino de tu condición de ser humano consciente. Una lucha por la felicidad agotadora diría yo, y próxima a la utopía y más próxima al mito de Sísifo.
Me alejo intelectualmente del presente cuando llego al punto de calentamiento. Busco, comparo, trato de encontrar claves, en la línea filosófica de la “regressio” para la “progessio” y compartirlas con ustedes. Esto me lo enseñó Jesús Méndez Mateu, en su libro “Una lección de la Historia. Del helenismo al antirromanismo y del mundo colonial al antiamericanismo”. El método es descender en la historia para comparar los griegos y los romanos con los europeos y los norteamericanos de la posguerra del siglo XX. Como estoy en una isla del occidente mediterráneo históricamente marginal, mi huida es a la Menorca Talayótica. Tengo suerte. Estoy leyendo estos días un libro escrito por Irene Riudavets y Antoni Ferrer, “La cultura talayótica de Menorca. Una isla entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro.”. Hoy me quedo aquí en la isla. Me evado pues de la situación general de presente para olvidarla y encontrar sosiego o lecciones en un mundo más alejado. La búsqueda es apasionante, encontrar explicaciones en el pasado talayótico para comprender, si es que es posible, el presente menorquín, para, desde la Isla, olvidarme de la península y del mundo, o quizá encontrar un micromundo no diferente al que existe por ahí fuera.
Voy con ejemplos, más habrá, pero no hay espacio para todos. Los colonizadores de la isla vinieron o desde Mallorca, es más fácil llegar a Mallorca y de allí saltar a Menorca, o del Languedoc y el Golfo de León, coincidiendo con cambios climáticos, económicos y culturales y con las corrientes marinas. Este fenómeno parece que vuelve en la actualidad con salida de residentes anglosajones y la llegada de bolsas de población francesa, habrá que pensar sobre esto. Pero empiezo mal, ni siquiera consigo llegar en la regresión a la prehistoria sin encontrarme la polémica contemporánea, la rotonda a doble nivel de las navetas de Rafal Rubi. Los caminos del mundo talayótico no tenían rotondas y les servían para vivir, tanto que desde el 2.500-2.300 a.C. hasta hoy, fecha en que comienza la colonización, la isla ha tenido población permanente. La geografía de la isla y su extensión no puede ser alterada con infraestructuras viales, por innecesaria. Entre el periodo de la colonización, 2.500/2.300- 1.600 AC hasta llegar a los hoteles de Arenal den Castell o Son Bou, los menorquines han vivido en navetas de habitación, colectivas, poblados, casas distribuidas en círculos, más o menos alejadas del mar, más o menos amuralladas, pueblos en torno al eje de comunicación de “la carretera general”. Las necesidades de comunicación de la población estable, han estado cubiertas. No es la isla la que genera una necesidad de infraestructuras viales, diferentes a las ya existentes; es un fenómeno llamado coche y otro fenómeno llamado turismo masificado, y los intereses hoteleros empresariales que pretenden incrementar sus fuentes de ingreso aislando el mundo talayótico a unas meras ruinas en formol, generadoras de dinero. Los talayóticos estaban en unión con la isla y su medio natural, y vivieron. Esto debemos aprender.
Las necesidades acuíferas se cubrían con cisternas o agua de lluvia y pozos. Algunos excavados en la roca con escalones que pueden descender muchos metros. La capa freática insular está bastante profunda. Debemos tomar decisiones que nos lleven a recuperar su agua para la vida. Sus soluciones de vivienda, eran grupales. Navetas de habitación, dispersas o en pequeños grupos, de índole colectiva, autosuficientes, hasta el 1.200 AC, y círculos Cartailhac o de habitación, con diferentes estancias y un patio conjunto. Estas soluciones nos alejan de los apartamentos en construcción vertical o de los “hoteles cápsula” o de las autocaravanas. El prehistórico menorquín es muy interesante, porque quizá no sepan que Menorca es uno de los lugares en el mundo en el que la prehistoria se ha extendió más tiempo. Tradicionalmente, la diferencia entre historia y prehistoria es la aparición de la expresión escrita en las fuentes de conocimiento. Esta aparición en “sa roqueta”, no se produce hasta el 123 a.C. fecha de la llegada de los romanos a la Minorica de la Gymnesias.
Con tanto periodo de prehistoria incorporarnos a la historia por vía de la invasión, una de tantas, romana, bárbara, bizantina, árabe, catalano-aragonesa, inglesa, francesa, es también un dato de comprensión de los ritmos sociales.
Mi huida a la Menorca Talayótica me trae de regreso el mensaje de que la solución de los problemas del hoy de la isla, y su progreso, vendrá aproximándose al conocimiento de los menorquines de ayer y su adaptación a las condiciones de la isla.
