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¿Sobrevivirá la democracia?

Un artículo de Adolfo Alonso Carvajal

Ejemplar de la Constitución Española de 1978 expuesto en el interior del Palacio del Senado de España , ( Madrid ). Sobre ella juran actualmente los miembros de esta institución. Imagen: Barcex
Ejemplar de la Constitución Española de 1978 expuesto en el interior del Palacio del Senado de España , ( Madrid ). Sobre ella juran actualmente los miembros de esta institución. Imagen: Barcex

Abro el diario ABC. En “LA TERCERA”, encuentro un artículo con este mismo título, firmado por Pedro González Trevijano ex presidente del Tribunal Constitucional, jurista universitario, académico de la Real de Jurisprudencia y legislación de España. Lo copio, es una pregunta que nos preocupa a algunos de cierta edad. Le preocupa también a los asistentes en el Senado al homenaje al Socialista fallecido Lambán. Estaba invitado a ir, pero no pude más que enviar un mensaje de adhesión a este acto.


Cualquiera que me haya leído con cierta continuidad, sabe que me muevo por la reivindicación de un ala moderada e intelectual dentro del PSOE, en la línea de Julián Besteiro, que a partir del socialismo y de la democracia, haga política, su política ideológica de Estado, sin complejos de ninguna clase. Una constitución no es eterna, puede modificarse, pero siempre desde la democracia. Desde esta perspectiva ideológica mía, se puede entender mi encaje en el homenaje a Lambán, y mi sintonía con muchos conceptos de los oradores. La democracia es esencial, porque sin ella no se llegará jamás al Socialismo, que es la ideología que considero más justa para todos los seres humanos, desde las ideas troncales de libertad, fraternidad, igualdad y tolerancia. La revolución llevó al estalinismo, la democracia llevara al marxismo socialista para fusionar filosofía, ideología y sistema político, en un marco democrático.


Coincide el artículo de Pedro con los discursos del acto del senado. Felipe González, Cándido Méndez y otros. En diferentes sentidos pero el fondo, los discursos del Senado y el articulo de González Trevijano van a los mismos conceptos. Al acto del Senado no asistió nadie de la actual clase dominante del socialismo español, al artículo del ABC habrán accedido desde la oscuridad, algunos. Felipe González en su discurso planteó una tregua de un mes al insulto y resaltó que la crispación no viene de abajo a arriba sino de arriba abajo. Pedro es una persona de órbita conservadora, Felipe no. Coinciden ambos en lo esencial, explicado cada uno en su perspectiva. Y esto es algo para anotar y tener en cuenta. El Expresidente del Gobierno, reivindicando el viejo PSOE y la socialdemocracia, dentro de un ala moderada del Partido Socialista, el Expresidente del Tribunal Constitucional preguntándose si sobrevivirá la democracia.: “De nosotros depende. Pero no esperen a Godot. ¡Godot somos cada uno!”.


El libro “Esperando a Godot” a que alude el comentario final de Pedro, es obra de Samuel Beckett (premio Nobel de literatura 1.969). El autor describe una concepción del mundo sin esperanza, con un mundo en permanente día de la marmota, atrapado en dos conceptos complejos.: El espacio y el tiempo. El personaje de Godot, el mesías esperado, se identifica con Dios, God. Los personajes de la novela lo esperan para que los libere de la miseria y del sufrimiento, o de una existencia que provoca de no ser existida. Lo que nos dice el artículo, en relación con la democracia, es que si queremos mantener la democracia constitucional como marco político en la situación en la que estamos tenemos una obligación inmediata, y no es la de esperar que venga Godot sino ser cada uno Godot. Cada uno ha de liberar la Democracia de las dificultades y la miseria en la que parece está cayendo.


Conocí a Pedro, hace bastantes años en Madrid, antes de ser con mucho, nada relevante. Un profesor de derecho político o constitucional. Coincidí durante un par de años máximo en alguna actividad común, siendo yo un aprendiz de vida, y algún ágape. Su conocimiento de mí es el mismo que el que uno tiene de otro cuando te dicen hola, pero no caes quién te lo dice de primera mano. Quizá él ni siquiera caería en la segunda vuelta en la que solemos caer cuando hemos tenido trato con alguien al que hace muchos años que no vemos, pero lo recordamos. Sí que hemos conservado a lo largo de años algún amigo común no comunicante. Ya era especialmente inteligente y conceptual. En su artículo sigue en esta línea en la que le traté, pero mejor. El paso de los años, no nos ha colocado en el mismo territorio ideológico, pero si en la misma idea de Godot.


Artículo tras artículo vengo trasmitiendo conceptos, ideas, peticiones, sugerencias sin saber que son de nadie más que de mi propia reflexión y observación, seis periódicos al día con diferentes visiones editoriales. Veo que son coincidentes con muchas otras personas. Pero no son especialmente jóvenes, al revés, son de una generación mayor que la mía, la de la transición política del siglo XX, y esto es malo porque se van marchando y los que se quedan, generación de entre 30 y 40 años, no son iguales. Debería darse más valor a los que nos preceden, en lugar de tratarlos de viejos y pasado antes de tiempo. No soy ningún Godot, pero tampoco lo espero. Yo no puedo salvar la democracia constitucional, pero sí puedo advertir de la necesidad de tomar en serio el peligro. Porque peligro sí que existe. Nos resulta increíble pensar que todo aquello que anhelamos en tiempos de dictadura y que conseguimos en tiempos de democracia constitucional, está en peligro. Países como Rusia, China, India, estructuran sus sociedades con éxito al margen de un sistema democrático como la estructuran países musulmanes. Otros como USA , Argentina, Chile, El Salvador, Venezuela, Cuba, van haciendo sus experimentos y a su manera van saliendo adelante. Tanto Rusia, como China, India y USA, tienen mucho peligro para el mundo occidental europeo, el resto lo tiene para sus ciudadanos.


Desde el mundo interior español, no hay tiempo para esperar a Godot. Valores de respeto y de confrontación de ideas, de intelectuales reputados, han caído de nivel, hasta llegar a la corrupción política, filosófica y económica de la detentación del poder por la vía de la conquista de un lugar en listas electorales cerradas. Es la lucha interior de los partidos políticos la que vale, en una especie de nueva clase de los nobles. Un nuevo feudalismo ha venido, el vasallaje a un secretario general o un presidente de cualquier partido, el posicionamiento, codazos para ir en un puesto de salida en las listas cerradas, el reposicionamiento en función de los vientos dominantes en cada momento, la demagogia que suplanta ideologías para alcanzar el poder, intereses económicos inherentes, el engaño del voto que se trasmite por la post verdad de las campañas electorales. El programa electoral como “timo de la estampita”, el “Tocomocho” del voto viajero, que se pone en la urna sin saber a dónde llegará ni para qué; la doctrina del Lawfair, la erosión al poder judicial, la comunicación entre poderes con el objetivo de su unificación bajo un controlador único. Vamos hacia la tiranía democrática feudal contemporánea como sucesora de la democracia del consenso en el máximo común.


La democracia no sobrevivirá si no somos capaces de generar, entre todos, una reforma de la Constitución de 1.978 que salga al corte de la descomposición sistémica partitocrática hacia la que ha evolucionado la política española.


Está dicho “Godot somos cada uno” y cada uno sabrá lo que puede aportar.


R

Redacción

Periodista de Menorca al Dia