Cuando se acerca Navidad, la casa empieza a pedir pequeños detalles que la hagan más acogedora. Las plantas son una de las formas más sencillas y elegantes de conseguirlo, puesto que aportan color, aroma y tradición. Cada especie tiene un significado propio que enriquece la decoración y convierte cada rincón en un espacio especial.
El abeto continúa siendo el gran protagonista y es el centro de la decoración gracias a su presencia y a la facilidad para vestirlo con luces y elementos de decoración.
A su lado, la flor de Navidad o ponsetia destaca por las brácteas rojas que simbolizan esperanza y renovación. Las variedades blancas o rosadas permiten versiones más suaves y contemporáneas.
Entre las plantas con tradición protectora, el acebo y el rusco aportan un toque clásico con sus bolitas rojas brillantes. Son perfectos para decorar mesas, coronas o composiciones naturales.
El muérdago, en cambio, mantiene su legado romántico: colgar una branqueta cerca de una puerta continúa considerándose un gesto de buena suerte para empezar el año con energía positiva.
Para quien prefiere propuestas menos convencionales, el cactus de Navidad ofrece flores sorprendentes en pleno invierno, mientras que el ciclamen aporta vitalidad con tonos blancos, púrpuras o rojos.
También son muy apreciadas las ramas de eucaliptos, que combinan un verde delicado con un aroma fresco que llena la casa de un aire festivo y natural.
Elegir plantas en Navidad no es solo decorar: es sumar tradición, simbolismo y un toque vivo que transforma la atmósfera de cualquier espacio. Además de embellecer el hogar, crean una conexión especial con estas fechas tan esperadas. Si tienes preferencias concretas, puedo adaptar el artículo a tu línea editorial o a la extensión que necesites.
.- Este es un artículo de Tot Sant Cugat y AMIC para Menorcaaldia.com
