El menorquín Fabià Sintes sometió este viernes a Amir Malekpour y retuvo el cinturón del peso mosca WOW FC en un combate celebrado en el Fernando Buesa Arena de Vitoria.
Sintes defendió el título de campeón del peso mosca por primera vez su corona con una victoria incontestable ante Amir Malekpour, uno de los nombres más respetados del continente europeo, ante 5.500 espectadores.
El Buesa fue una caldero para la penúltima cartelera del año y el balear firmó una actuación paciente, quirúrgica y letal.
Fue una ejecución por sumisión a falta de 25 segundos para el cierre del tercer asalto que apagó la irrupción del sueco-iraní en su debut en la promotora española.
El primer asalto comenzó con un ritmo pausado sobre el centro del octágono, ambos calculando sobre el logo de WOW. Sintes, fiel a su estilo, medía distancias con sutileza, dejando caer patadas al cuerpo mientras Malekpour, con mayor potencia en los golpes, avanzaba con calma y frialdad, sin precipitarse pese a no conectar ninguna mano determinante.
El sueco intentó forzar la pelea pegado a la jaula, buscando el derribo y la toma de espalda, pero el campeón se mantuvo sereno, negando cada intento.
Con medio minuto para el final del primer capítulo, Sintes consiguió derribar al aspirante: un detalle pequeño sobre el papel, pero grande en un asalto tan igualado y en un combate pactado a cinco rondas.
El segundo asalto arrancó con un Sintes más expresivo, soltando manos rectas y patadas que, aunque no parecían peligrosas de inicio, empezaban a horadar la guardia del sueco. Malekpour, incómodo ante la claridad del campeón, respondió con un derribo para frenar la iniciativa española. Pero la experiencia de Sintes relució: defendió, giró la posición y terminó dominando el suelo, imponiendo su lectura, su calma, su ritmo. El round, más claro que el primero, ya tenía dueño.
El tercer asalto fue la sentencia. Sintes acorraló al retador contra la verja con ráfagas de manos rápidas que marcaron la diferencia: desgaste, volumen, puntería. Malekpour, con un ojo extremadamente hinchado, seguía mostrando dureza, pero el combate ya orbitaba alrededor del campeón.
A falta de minuto y medio, la lucha fue al suelo y Sintes comenzó a cocinar la finalización con precisión clínica. Transición tras transición, ganó la espalda, aseguró control, y con la serenidad de los que ya han estado ahí, estiró el brazo del sueco hasta forzar la rendición por llave de brazo a falta de 25 segundos del cierre del tercer asalto.
Victoria. Defensa. Y una declaración clara: Fabià Sintes no es casualidad. Es campeón. EFE
