El gerente de Destilerías Xoriguer, Adolfo Vilafranca, ha explicado este martes que la empresa mantiene «media actividad bloqueada» tras el desprendimiento registrado el pasado viernes en la Costa des Muret, justo detrás de la destilería. La parte administrativa funciona con normalidad, pero la zona de envasado continúa inoperativa mientras se evalúan los daños y se retiran los escombros.
En estos momentos se trabaja en la retirada del material desprendido para poder determinar con precisión el alcance de la afectación. «En una primera valoración, parece que la estructura de la fábrica no se ve afectada», ha señalado.
El gerente ha explicado que, una vez se pueda garantizar que no habrá nuevos desprendimientos o que el risco se pueda asegurar, la destilería podría retomar su actividad normal, y que, tras hablar con el Ajuntament de Maó, han valorado que quizá en 3 o 4 semanas podrían volver a estar operativos.
Eso sí, ha admitido que a partir de entonces trabajarán en condiciones más ajustadas, ya que perderán algunos metros por la zona que se tenga que despejar y por el espacio que necesitará el Ajuntament para consolidar el acantilado, aunque ha subrayado que, en principio, «el ritmo de producción no se vería afectado».
Igualmente, Vilafranca ha querido trasladar un mensaje de tranquilidad al afirmar que disponen de stock suficiente hasta el mes de marzo, por lo que podrán seguir atendiendo la demanda.
Entre las instalaciones dañadas figuran dos depósitos, compresores y una máquina envasadora, mientras que, de momento, no se ha detectado afectación estructural.
En el ámbito de los suministros, Xoriguer mantiene el suministro eléctrico operativo tras desconectar los cables internos dañados, y dispone de depósitos propios de agua, mientras Hidrobal se ha comprometido a restablecer el servicio cuando sea necesario.
En cuanto al personal, el gerente ha subrayado que no se ha enviado a vacaciones a los trabajadores, sino que se les ha reubicado en otros puestos dentro de las empresas del grupo.
Sobre la Costa des Muret, Vilafranca ha recordado que este paso lleva tantos años cerrado que «ya se pierde la cuenta» y que desde la empresa han pedido en varias ocasiones que se arreglara y se hiciera mantenimiento, pero se trata de un asunto complejo en el que deben ponerse de acuerdo varias administraciones.
Ha insistido en que la prioridad ahora es la seguridad, no solo para la destilería, sino también para las viviendas de Isabel II, situadas sobre el mismo muro. En este sentido, ha explicado que el Ajuntament está analizando con sus técnicos qué intervenciones serán necesarias para consolidar el acantilado y garantizar la estabilidad de toda la zona.
Respecto a posibles responsabilidades, Vilafranca ha asegurado que la empresa sigue «valorando qué ha pasado y en qué situación estamos». Hasta que no exista una evaluación definitiva, ha añadido, «sería precipitado» pronunciarse o tomar decisiones al respecto.
