Las cancelaciones de vuelos son siempre un gran problema para los pasajeros afectados, por los retrasos, la pérdida de conexiones y la incertidumbre que generan, pero esta situación se agrava si ocurre en los días previos a Nochebuena y Navidad. Y este es precisamente el caso de los pasajeros del vuelo IB 2496, comercializado por Iberia y operado por Air Nostrum, que tenía prevista su salida ayer, martes 23, a las 21.00 horas desde Palma y su llegada a Menorca a las 21.55, pero que finalmente no pudo volar.
Desde Menorcaaldia hemos hablado con uno de los afectados para conocer cómo vivieron y cómo les afectó esta experiencia. El pasajero ha explicado que la cancelación se produjo “en el último momento”; de hecho, asegura que él ya había embarcado y que estaba esperando para acceder al avión.
Tras la cancelación, relata que desde la compañía les trasladaron inicialmente la posibilidad de recolocarlos en otro vuelo esa misma noche, pero que, después de una hora de espera, les comunicaron que no podrían viajar. “Hubo una posibilidad, pero finalmente sobre las 22:00 nos dijeron que no, que cancelado completamente”, explica.
Según su testimonio, la situación afectó a todos los pasajeros del vuelo, entre ellos padres con bebés y personas en silla de ruedas. El afectado cuenta que se encontró con una amiga que venía de Eivissa con su bebé y que tuvo que ayudarla, especialmente con el equipaje. En este sentido, señala que se vivieron momentos de confusión con las maletas: “Cuando nos dijeron ‘tenéis que salir a ver qué os podemos hacer’, nadie nos dijo que teníamos que ir a buscar las maletas. Y fue después que tuvimos que bajar a llegadas, entrar y coger las maletas y fue bastante caótico, eso sí”.
Además los pasajeros tuvieron que hacer cola en el mostrador de Iberia, que, según describe, era “enorme”, para ser atendidos y reubicados. Dentro de lo que cabe, este pasajero pudo ser recolocado en el primer vuelo que salía este 24 de diciembre de Palma hacia Menorca, aunque subraya que no todos corrieron la misma suerte. Debido a la falta de plazas, algunos tuvieron que aceptar vuelos posteriores. “Muchos de mis compañeros del vuelo de ayer tuvieron que coger el de las 13.00, o incluso más tarde”, detalla.
Posteriormente, los afectados fueron trasladados en taxi a un hotel de Palma, al que llegaron sobre las 23.00 horas, donde tuvieron que pasar la noche.
El pasajero considera que, dentro de lo posible, el personal “hizo lo que pudo”, aunque cree que la compañía debería haberles avisado antes de la cancelación y, sobre todo, haberles indicado en la puerta de embarque que debían recoger las maletas antes de salir de la terminal. En cualquier caso, ha aclarado que presentará una reclamación a la compañía por la cancelación del vuelo.
