Se calcula que SAM podrá acoger a un centenar de caballos de avanzada edad. Según la portavoz del proyecto, Elena Perez de Gracia, estos animales pueden vivir entre 35 y 40 años si están bien cuidados, pero muchos de ellos, pasados los 20 años, dejan de ser útiles para sus tareas por lo que, en muchos casos, se les sacrifica o se les deja de atender como toca.
El santuario sería así un lugar en donde pacer tranquilamente los últimos años. No se permitiría la monta de animales pero sí se utilizaría a los caballos para terapias psicológicas que ayuden a colectivos de personas que necesiten algún tipo de refuerzo.
Pérez de Gracia señala también que, una vez abierto, se plantean organizar dos reuniones al año con especialistas equinos de todo el mundo para tratar sobre terapìas con animales. También considera que un centro como el que pretenden construir sería un nuevo polo e atracción turístico.
